Internet es como un gran océano, inmenso y prometedor pero luego de navegarlo día tras día comienzas a notar que en ciertas áreas no es tan profundo como parece y no es raro hacer búsquedas con resultados que puedes contar con una mano.
A pesar de que existen personas que podrían expandir mucho más este océano, muchos optan por no hacerlo por razones como no querer compartir conocimientos y/o experiencias, temor de perder su «ventaja» o el clásico «no tengo tiempo».
Muchas veces al compartir con otros uno recibe algún comentario que enriquece el conocimiento o planta alguna idea en nuestras mentes. Puede ser algo tan simple como una pregunta bien hecha que te impulsa a investigar un poco más y/o descubrir algo nuevo. Ahí es donde te das cuenta de que vale la pena. Se vuelve una autopista de dos vías.
Si realmente quieres recibir, tienes que dar.
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